Drenaje linfático manual
El sistema linfático está formado por una red de vasos linfáticos por los que circula un líquido llamado linfa, de una composición similar al plasma sanguíneo.
Su misión consiste en recuperar el exceso de líquido y proteínas de los tejidos y devolverlos a la circulación sanguínea.
La linfa se encarga de arrastrar toxinas y gérmenes que el sistema venoso no puede recuperar. Puede eliminar proteinas atrapadas y moléculas de grasa de los tejidos.
A su paso por el sistema linfático atraviesa ciertas zonas llamadas ganglios linfáticos, donde deja las sustancias tóxicas y gérmenes que ha recogido durante su circulación.
La técnica de drenaje linfático manual retira el exceso de líquido y desechos, es una terapia que estimula la circulación provocando una disminución de la inflamación.
Esta inflamación puede ser como consecuencia de: embarazo, postquirurgico, pre menstrual etc.
El drenaje linfático manual se realiza con una presión suave tangencial a la superficie que vayamos a tratar, con un ritmo lento y es de gran importancia no emplear ningún producto que haga resbalar la mano sobre la piel del paciente, ya que si no hay buena adherencia no se puede empujar bien la piel y el líquido que hay debajo.
Indicaciones: retención de líquidos, piernas cansadas, estreñimiento, celulitis como tratamiento de ayuda, post- liposucciones, hinchazones del embarazo, síndrome premenstrual, trastornos de origen reumático, edemas post-operatorios y post-traumáticos (fracturas y esguinces).
Contraindicaciones: infecciones generalizadas, flebitis, insuficiencia cardiaca, trombosis o tromboflebitis, cáncer, asma bronquial, hipertiroidismo, síndrome del seno carotídeo, hipotensión.